Mis
cinco décadas
-------------------------
A los diez
años ya sabía que la felicidad es efímera,
se me cruzaba
por la sesera que la vida no valía nada,
sí, a esa
edad ya andaba con feas pensaderas,
pero pasó en
un plis plas.
A los veinte
la no felicidad dió paso a la sí felicidad,
me abrí al
amor sin reparo, de cuerpo, de alma,
al hombre de
mi vida,
me preñó, y
parí una princesa, nuestra princesa.
A los
treinta, ¡uy a los treinta!, me robó las antibabys y
me dejó en
una nota, “Esta noche hacemos otro bebé” .
¡Vaya
si lo hicimos!, nació el príncipe, nuestro príncipe.
A los cuarenta, ésa cifra fue nefasta, mi primera y única
crisis existencial, la famosa crisis de los cuarenta,
difícil etapa, pero superada y fortalecedora.
Y llegaron los cincuenta, ¡vaya cincuenta!,
pero esa es otra historia que no merece la pena mentarla
por mi incapacidad de comprender como hice para llegar
hasta aquí, por eso, como dije, esa es otra historia.
Solo tengo presente a día de hoy, que amo, me siento plena,
y que conmigo el que me quiera bien puede contar para los
restos, los otros ...que me olviden, que yo ya pasé página,
que valgo más por lo que callo que por lo digo.
Te amo papito.
Te amo princesita.
Te amo principito.
Te amo hermanita.
Te amo mamá.
16 de abril de 2013
Estela.
2 comentarios:
Tu historia amiga, muy simpática e interesante, en lo personal creo que cada etapa tiene su belleza.
Felicidades, me alegra saber que te sientes plena.
No te olvidé, besos.
Me encantó el intinerario por las décadas vividas.
Un abrazo enorme a toda la familia y en especial a la protagonista, jaja.
Publicar un comentario