domingo, 3 de mayo de 2009

VIVIR


No hay mal que dure cien años
ni cuerpo que lo aguante.


El amor vuelve a vivir
y le nace una primavera de palabras.
Los sentimientos se acercan otra vez
rompiendo recuerdos malos.
La luz del sol, el mar, el rumor del viento
dejan de ser intangibles.
Las manos van por delante
palpando realidades.

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