Ella alzó la cabeza,
levantó los brazos,
buscó la luz,
y de sus ojos turbios rodaron
dos lágrimas, las últimas por él.
Se abotonó la chaqueta,
se colocó bien el bolso,
salió a la calle
y se perdió entre la gente.
levantó los brazos,
buscó la luz,
y de sus ojos turbios rodaron
dos lágrimas, las últimas por él.
Se abotonó la chaqueta,
se colocó bien el bolso,
salió a la calle
y se perdió entre la gente.
1 comentario:
pues siempre que salgamos de un lugar debemos de salir bien puestas no importa como vamos por dentro en el alma, lo qe importa es com vamos por la calle .... me gusto
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